BULLYING










¿Cómo prevenir y combatir el bullying en las aulas a través de la educación y relaciones entre familia y escuela?
Autores: Melissa Macías Romero (PIFI); Mariana Macías Romero (PIFI)
Jesús Rogelio Rodríguez Aguilar (Director de Proyecto de Investigación)

Cuando pensamos en violencia, por lo general la asociamos con la rudeza,  la brutalidad y el crimen del que nos informan los medios. Sin embargo, muchas veces pasamos por alto otros tipos de violencia, más cercanos y cotidianos; y aunque aquellos extremos sean un motivo real de preocupación, estas formas de violencia son igualmente perjudiciales, al grado de situarse como uno de los posibles factores que desencadenan la violencia mayor.
De acuerdo con la OMS, la violencia es una de las principales causas de muerte a nivel mundial, por cada persona fallecida como resultado de la violencia extrema existen muchas otras que padecen consecuencias derivadas de la violencia física o psicológica en forma de abuso, maltrato o intimidación infantil, violencia doméstica y de género, acoso laboral y discriminación social.

¿Qué es el Bullying?

Es una palabra que proviene del vocablo inglés “bully”, que significa “valentón o matón”. Fue usada por primera vez en la década de los ’70 en Suecia por Dan Olweus, quien implantó un estudio a largo plazo para terminar con el acoso en las escuelas de Noruega. 
El bullying implica acoso, maltrato físico, psicológico o emocional así como la intimidación, principalmente entre escolares.
Esta práctica se presenta tanto en hombres como en mujeres. Entre los varones los actos de acoso y maltrato pueden ir de las burlas y las amenazas al robo o la agresión física, mientras que entre mujeres se valen de rumores, chismes y exclusión.
Esta conducta puede durar largo tiempo y la víctima no sale tan fácilmente de este círculo. De hecho, las víctimas también tienen cierto perfil psicológico: son chicos generalmente aislados, tímidos; a lo mejor tienen alguna característica que los hace diferentes y se sienten intimidados por las amenazas, lo que los paraliza y bloquea.
El bullying no es nada nuevo; probablemente todos hemos vivido en algún sentido la situación; no es exclusivo de algún sector de la sociedad o respecto al sexo, aunque en el perfil del agresor si se aprecia la predominancia en los varones. Tampoco existen diferencias en lo que respecta a las víctimas, incluso hay lugares donde se acepta como algo ‘natural’. Pero no debe ser así.

¿Qué deben hacer los maestros?

Ø  Identificar a la víctima y el agresor.
Ø  Una vez detectada la víctima verificar preguntando a los padres si el niño presenta dificultad para conciliar el sueño, dolores en el estómago, pecho, cabeza, náuseas y vómitos, llanto constante, etc.
Ø  Seguir al niño a una distancia prudente a  los lugares donde comúnmente no hay vigilancia,  seguramente se encontrará con el chico que lo está acosando.
Ø  En las paredes de los baños o las puertas de éstos los niños suelen escribir burlas y agresiones, revíselas.
Ø  Platique con los compañeros más cercanos de los niños (acosador y víctima), pueden darle información valiosa.
Ø  Tenga consciencia de que tanto el agresor como la víctima sufren, y por lo tanto necesitan ser atendidos y tratados.

¿Cómo prevenir el Bullying?

En la escuela:
ü  La disciplina se mantenga en el salón y la escuela en general es fundamental para la construcción de una buena conducta.
ü  Es importante la supervisión de los alumnos dentro y fuera de los salones, en los patios, baños, comedores.
ü  Establecer claramente las reglas de la escuela y las acciones que se tomarán en conductas como el Bullying.
ü  Actuar rápido, directa y contundentemente en el caso de que se presente alguna sospecha de acoso escolar.
ü  La escuela debe estar abierta a las quejas y sugerencias del alumnado y padres de familia.
ü  Realizar cursos o conferencias para padres y maestros donde se puedan tratar asuntos como el Bullying.
ü  Adicionar o reforzar el tema de educación en los valores en el curso de los estudiantes.
ü  Los profesores pueden apoyarse en los alumnos para identificar casos de acoso, deben ser muy inteligentes y saber quién puede darles información valiosa.